miércoles, 28 de marzo de 2012

Seminario “El Judaísmo de Jesús” por Dr. Mario J. Sabán


Seminario “El Judaísmo de Jesús” por Dr. Mario J. Sabán
Judaísmo de Jesús de Mario Sabán“El judaísmo de Jesús” es un seminario que conecta las enseñanzas de Jesús con la Torá y con la tradición oral y escrita del judaísmo. Mario Javier Sabán demuestra con estas conferencias que todas las enseñanzas éticas de Jesús son plenamente judías y que todas ellas están contenidas en la más noble tradición del pueblo de Israel.
Jesús (Yeshua) nació, vivió y murió como judío. Pero Jesús no fue simplemente judío por su origen nacional, sino que fue y seguirá siendo judío por su contenido ético más profundo, que coincide plenamente con la ética judía.
Durante 20 siglos se ha ocultado el verdadero rostro de Jesús, que ahora por fin sale a la luz. Jesús fue un rabí judío y no un sacerdote cristiano. Jesús fue un rabino fiel a la tradición de Israel, que extrajo sus enseñanzas de la Torá y de la tradición oral y escrita del judaísmo, que predicó su interpretación particular de la ética judía pero que jamás pensó en fundar una nueva religión.
Este seminario organizado por Yosef Sánchez de la Comunidad Amishav Cancún aporta un entendimiento nuevo sobre una de las historias más increíbles de la humanidad: la de un humilde rabino de Galilea que se transformó, con el tiempo, en el Dios de millones de cristianos; ese pobre judío crucificado que, siglos después, fue utilizado para perseguir a su propia nación.
Mario Javier Sabán es Doctor en Filosofía por la Universidad Complutense de Madrid. Desde hace más de 15 años se dedica a la investigación histórica y teológica sobre los orígenes judíos del cristianismo. Fruto de esos años son algunas de las obras publicadas hasta el momento, comoRaíces judías del cristianismoEl judaísmo de San Pablo o El sábado hebreo en el cristianismo. Sin embargo, es El judaísmo de Jesús (2008) la obra fundamental de su investigación, que será un verdadero descubrimiento sobre el pensamiento judío del rabino de Nazaret.

BIOGRAFÍAMario Sabán

Mario Javier Saban (1966) nació en Buenos Aires (Argentina) de una familia de descendientes de judíos españoles refugiados en el Imperio Otomano en 1492. En el año 1987 comienza sus investigaciones históricas sobre los orígenes judíos de las familias tradicionales argentinas, publicando su primera obra Judíos conversos (1990), con gran resonancia en toda la sociedad y con varias reediciones que llevan a este libro al grado de best seller.
En el año 1991 publica su segundo libro Los hebreos nuestros hermanos mayores o Judíos conversos II, que es la continuación de la investigación de la primera obra. En 1992 publica su tercer libro Los marranos y la economía en el Río de la Plata o Judíos conversos III. En 1993 publica su cuarto libro Mil preguntas y respuestas sobre el judaísmo español y portugués. En 1994 publica su quinta obra Las raíces judías del cristianismo. Entre los años 1995 y 2000 es profesor de Historia del Derecho Argetino en la Universidad de Buenos Aires. En el año 2002 se instala en España donde publica su sexta obra El judaísmo de San Pablo(2003).
En el año 2004 se edita su séptimo libro El sábado hebreo en el cristianismo. En estos últimos libros realiza una profunda investigación sobre la separación del cristianismo del mundo judío entre los siglos I y II. Es designado como secretario de la Confraternidad judeocristiana de Cataluña y profesor en el Centro de Estudios Pastorales. En el año 2005 publica su octava obra que constituye una filosofía de la historia judía, el título del trabajo La matriz intelectual del judaísmo y la génesis de Europa. En el año 2006 la Fundación de la Universidad de Lérida creó, bajo su dirección, el curso de pensamiento hebreo y en octubre de 2006 fue designado como vicepresidente de la organización Tarbut -Amics Lleidatans de la Cultura Hebrea.
En junio de 2007 funda, junto a Lina Camí, Matilde Rufach y Malka González Bayo, la organización Tarbut Sefarad, de la cual asume la presidencia. En el mes de agosto de 2007 publica su novena obra La cronología del pensamiento judío. En enero de 2008 es designado como profesor y director de la cátedra “David Melul” para la difusión del judaísmo en España. En marzo de 2008 obtiene el título de Doctor en Filosofía por la Universidad Complutense de Madrid.
En junio de 2008 publica su décimo libro, fruto de su tesis doctoral, titulado El genio de Maimónides: un estudio moderno de la Guía de los Perplejos y las controversias internas en el judaísmo.
En septiembre de 2008 publica su nueva obra titulada El judaísmo de Jesús, sobre el pensamiento de Jesús y su relación con el judaísmo.

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lunes, 12 de marzo de 2012

Ejemplo de honestidad y compromiso con la verdad de un sabio karaíta

Carta de Nehemía Gordon, un judío caraíta, no creyente en Yeshua, aunque no le cuesta reconocer el bien que hacían sus enseñanzas, este señor es un gran buscador de la verdad:

Han pasado varios meses desde la publicación de mi libro "Una Oración a Nuestro Padre", el cual escribí junto con Keith E. Johnson, un pastor cristiano de Carolina del Norte. Este libro explora los orígenes hebreos de lo que se conoce comúnmente como "El Padrenuestro". Muchos de mis hermanos y hermanas judíos han expresado una gran preocupación sobre el libro. Algunos hasta han especulado que yo me he convertido secretamente al cristianismo y estoy guiando a otros hacia la fe cristiana. Algunos de mis amigos cristianos se han unido a esa especulación pensando que tal vez hay un “final sorpresivo” para el libro en el cual yo proclamo mi fe en Jesús. Por otro lado, algunos Mesiánicos están diseminando el falso rumor de que yo alegadamente sostengo reuniones secretas durante mis giras de conferencias en las cuales trato de convencer a los "creyentes" de que abandonen su fe. Detesto decepcionar a los rumoristas pero nada de eso es verdad. Yo no me he convertido al cristianismo ni trato de convencer a nadie de que cambia su fe. Supongo que la razón de esas falsas especulaciones es que a algunas personas se les hace muy difícil entender por qué un judío que no cree en Jesús escribiría un libro sobre sus enseñanzas a menos que tenga una agenda secreta. Creo que ya expliqué eso muy bien en mis libros pero supongo que no todo leen mis libros. O tal vez no soy tan elocuente como me gusta pensar que soy. Así que estoy dispuesto a tratar de aclarar los puntos.

Permítaseme comenzar con mi punto de vista sobre Jesús de Nazaret, o como fue conocido 2000 años atrás, "Yeshúa". Por los pasados años yo he adquirido un gran respeto por sus enseñanzas, pero no abrazado la fe cristiana ni me he convertido en “judío mesiánico." Digo esto claramente en todas mis presentaciones con el fin de evitar cualquier confusión posible. Y soy, como he sido por más de veinte años, un Judío Karaíta, lo cual significa que creo que el Tanakh ("antiguo Testamento") es la perfecta palabra de Dios. Como Judío Karaíta, yo espero la venida de un Rey ungido (en hebreo: "Mesías") que será un descendiente directo del Rey David. No tengo idea de cuál será su nombre y por lo tanto no descarto la posibilidad de que su nombre sea "Yeshúa". Muchos judíos, y Karaitas en particular, pueden diferir vehementemente de mí en este último punto. Todo lo que puedo decir es que cuando el descendiente ungido de David reine como un rey de carne y hueso sobre Israel, como se promete en las Escrituras, todos sabremos su nombre como un hecho consumado.

Así que ¿por qué tengo lo que una de mis hermanas –una devota Judía Ortodoxa– llama un "interés no saludable en Jesús"? Ello comenzó hace muchos años, cuando salí del judaísmo rabínico y comencé a investigar todas las religiones del mundo. Estaba particularmente interesado en el judaísmo antiguo en todas sus formas y eso naturalmente incluía el ministerio de enseñanza de Yeshúa de Nazaret. Mi interés en este tema no es tan insólito como pudiera pensar mi hermana. En el siglo pasado, hubo eruditos judíos que desarrollaron cada vez más investigaciones para descubrir el trasfondo y contenido hebraico del Nuevo Testamento. Uno de los más grandes de estos eruditos fue el Profesor David Flusser, siendo un judío ortodoxo, que enseñó en la Universidad hebrea de Jerusalem. Yo fui adiestrado en el estudio de los textos judíos antiguos en la Universidad Hebrea de Jerusalem donde obtuve mi grado de Maestría en Estudios Bíblicos y veía mi propia investigación de las enseñanzas de Yeshua como parte de esa tradición escolástica.

Para darle algún contenido a esa investigación, hace algunos años tuve el privilegio de haber trabajado con los Rollos del Mar Muerto, que fueron escritos por un antiguo movimiento judío llamado los Esenios. Aunque yo creo que los Rollos del Mar Muerto contiene un gran valor, en ningún momento me convertí en esenio. Además, como erudito textual que investigaba los rollos no era mi rol convencer a nadie de que creyeran o no creyeran en el judaísmo esenio. Mi rol como erudito era tratar de entender lo que querían decir esos antiguos documentos en su contexto lingüístico, histórico, y cultural original. Así es como veo mi rol al explorar el trasfondo hebraico del Nuevo Testamento. Mi rol como erudito textual no es dirigir a nadie hacia la fe cristiana. Tampoco es mi rol dirigir a nadie a salir de la fe cristiana. Esos son asuntos de fe y creencia personal que están más allá del alcance de mi investigación. Mi rol como erudito textual es entender lo que enseñó Yeshua contexto lingüístico, histórico y cultural en el que él predicó. Para quienes creen en Yeshua yo pensaría que esto debe ser de gran importancia. Pero también debería ser de importancia para los no cristianos, siendo que Yeshua fue indiscutiblemente una figura muy importante en la historia mundial que influyó profundamente en el desarrollo de la civilización occidental.

En adición a mi interés en todas las formas de judaísmo antiguo, hay otra razón por la que creo que es importante que yo comparta los resultados de mi investigación, especialmente con los cristianos. Eso se relaciona con una experiencia que tuve hace muchos años en Jerusalem. Viviendo en la Santa Ciudad, conocí a toda clase de personas interesantes. Uno de esos caballeros fue un turista norteamericano que se describió a sí mismo como un "Gentil Mesiánico". Yo había escuchado antes de "Judíos Mesiánicos" pero no sabía lo que era un Gentil Mesiánico. Él explicó que él creía que Yeshua es el Mesías y quería vivir como vivió Yeshua. Me dijo que como judío, Yeshua se abstenía de comer carne de puerco y asistía a la sinagoga en el Sábado. Aunque no tenía ascendencia judía que supiera él, él también quería vivir como había vivido Yeshua, absteniéndose de comer carne de puerco y asistiendo a una sinagoga en el Sábado. En ese tiempo yo no había conocido a nadie así y quedé muy intrigado. Terminamos pasando muchas y largas horas discutiendo nuestras respectivas creencias y prácticas. Un día él me estaba diciendo acerca de las oraciones en su congregación allá en Norteamérica y anunció orgullosamente que en su sinagoga Mesiánica ellos recitan la Amidah. Cuando escuché esto quedé sorprendido porque yo sabía algo que obviamente él no sabía. La Amidah es la oración estándar del Judaísmo Rabínico y yo me crié como judío ortodoxo recitando esa oración tres veces al día. La Amidah es también conocida como las "Dieciocho Bendiciones" pero hoy día en realidad contiene 19 bendiciones. La bendición 19, la que mi amigo obviamente no conocía, se llama la Birkat HaMinim, que significa "la Bendición de los Herejes". A pesar de su nombre, es en realidad una maldición contra los así llamados "herejes". Fuentes históricas, muy notablemente el Talmud, nos informan que esta bendición número 19 fue añadida a la Amidah alrededor del año 90 de la Era Común con el fin de evitar que los judíos que habían aceptado a Yeshua como el Mesías participaran en los servicios de la sinagoga. En aquel tiempo, los Rabinos no tenía la autoridad de evitar que los seguidores judíos de Yeshua asistieran a las sinagogas pero razonaban que esa gente dejaría de asistir si se proclamaba sobre ellos una maldición durante todo servicio de oración. Cuando este "Gentil Mesiánico" me dijo que su congregación recitaba la Amidah durante sus servicios yo pensé que seguramente él quería decir que recitaban la Amidah sin la Birkat HaMinim. Así que le pedí que me mostrara su libro mesiánico de oración, rápidamente fui a la sección que contiene la Amidah. Para mi horror, encontré que ciertamente contenía la Birkat HaMinim. Había sido traducida de una manera ingeniosa para obscurecer su significado, pero allí estaba en blanco y negro tanto en hebreo como en inglés. Me rompió el corazón el pensamiento de que un grupo entero de personas devotas, que estaba buscando a su propia forma la verdad bíblica, estuvieran proclamando una maldición pública sobre ellos mismos porque no entendían el contenido histórico de su propia fe. Ellos querían vivir como vivió Yeshua pero terminaron recitando una oración creada para maldecir a los que creen en Yeshua. Me di cuenta allí y en ese momento que el Todopoderoso me había bendecido con un entendimiento de los idiomas antiguos y de los antiguos textos judíos y yo estaba obligado a compartir esa información con cualquiera que la necesitara, aun cuando yo difiera de ellos sobre asuntos importantes de la fe.

Como judío, no es demasiado extraño para mi interactuar con personas con las que no estoy de acuerdo en asuntos de fe. Esto es parte del pluralismo inherente en la cultura judía en general. Hay un Viejo dicho de que "si le preguntas a dos judíos obtendrás tres opiniones." Esta crítica se basa en un principio fundamental en el judaísmo rabínico de que hay setenta significados verdaderos para cada palabra de la Escritura. El resultado de esta doctrina es que se pueden tolerar múltiples, aun cuando sean diametralmente opuestas. Este enfoque ha dotado a los judíos de una actitud relativamente pluralista hacia asuntos de creencia, especialmente cuando esas creencias no resultan en alguna expresión práctica de observancia ritual. Eso está en claro contraste con la tradición cristiana de disolver el compañerismo aun sobre las más sutiles diferencias doctrinales, y ciertamente en siglos antiguos de quemar la gente en un poste.

Como Karaita, no estoy de acuerdo con el principio rabínico de que hay setenta significados verdaderos para cada palabra de la Escritura. Yo creo que hay una sola interpretación verdadera. Sin embargo, con el Templo en ruinas y el pueblo de Israel en un estado de Exilio no necesariamente sabemos cuál esa verdadera interpretación. Esto requiere un pluralismo pragmático que en cierto modo es aun más tolerante que el judaísmo rabínico. Los Judíos Karaitas creen que tenemos que hacer lo mejor posible por descubrir la verdad pero también para humillarnos ante Dios y admitir que nunca podemos saber con seguridad "hasta que aparezca un sacerdote con Urim y Tummim" (Ezra 2:63). Esa humildad significa no juzgar a nuestros hermanos por estar en desacuerdo sobre asuntos de fe, y hasta sobre asuntos de observancia ritual, siempre que ellos hagan lo mejor posible por descubrir la verdad de la Escritura. No estoy diciendo que todo judíos, ni siquiera todo karaíta, siempre vive a la altura de estos ideales pero estos son como quiera valores profundamente enraizados en la cultura judía..

Considerando que hay, según la Enciclopedia Cristiana Mundial, sobre 33,000 denominaciones, yo habría pensado que los cristianos serían aun más tolerantes de diferencias de fe y práctica que los judíos. Para estar seguros, esto puede ser cierto de muchos cristianos. Sin embargo, No me había dado cuenta de cuán extraño es este enfoque pluralista para algunos cristianos hasta el año pasado cuando estuve en una gira de conferencias en Estados Unidos. Después de una de mis presentaciones un hombre se me acercó y me agradeció por la información que yo había compartido. Me dijo que su líder congregacional le había dicho que no viniera a mi presentación. El líder congregacional le había advertido que por ser yo uno que no cree en Jesús no estaba "ungido" para hablar la verdad. El hombre le objetó a su líder congregacional: "Si Dios pudo usar la burra de Balaam para hablar la verdad entonces ciertamente puede usar a Nehemia".
Supongo que la mayoría de los judíos se ofenderían profundamente de ser comparados con una burra pero yo quedé más perturbado por la arrogancia del líder congregacional de aquel hombre. Yo fui criado con la tradición de los Rabinos que enseñaron: "¿Quién es un hombre sabio? El que aprende de todo hombre." (Ética de los Padres 4:1). Los judíos karaítas abrazan de todo corazón este principio, citando a menudo las palabras del sabio rabínico del siglo 12 Maimónides (Rambam): "Acepta la verdad no importa quién la hable." Cuando Maimónides dijo esto se refería al conocimiento matemático y astronómico que aprendió de las antiguas fuentes griegas. Él no descartó ni ignoró ese conocimiento aun cuando provenía de paganos porque el conocimiento era verdadero en su propio derecho. Es importante notar que eso no fue simplemente conocimiento "secular" para Maimónides; tenía una aplicación práctica para la observancia de ciertos mandamientos bíblicos.

Los discípulos originales de Yeshua y sus herederos entendieron que la verdad tiene un valor independientemente de su origen. Evidencia de esto puede hallarse en el Libro de los Hechos, que cita las palabras de Gamaliel, un Fariseo principal del siglo 1. Aunque Gamaliel no era un creyente en Yeshua, el Libro de los Hechos consideró que lo que él dijo era una verdad valiosa y verdadera en su propio derecho. La noción de que un cristiano hoy día debe categóricamente considerar lo que tienen que decir los judíos como sin valor y no confiable a causa de nuestras diferentes creencias es la cumbre de la arrogancia. Recuerdo las palabras de Pablo de Tarso (admitidamente judío) que advirtió a los gentiles:

"Pero si algunas de las ramas fueron desgajadas, y tú, una rama del olivo silvestre, fuste injertado en lugar de ellos para participar de la rica raíz del olivo, no te jactes sobre las ramas. Si te jactas, recuerda que no eres tú quien sostiene a la raíz, sino la raíz la que te sostiene." Romanos 11:17-18.

Sospecho que Pablo estaba hablando acerca de algo que ya esta ocurriendo en su propio tiempo: Había gentiles que abrazaban la fe en Yeshua y se jactaban de que eran mejores que los judíos que no compartían su nueva creencia, aun cuando esos judíos eran la “raíz” de la fe de ellos.

Como si esta arrogancia no fuera bastante mala, poco después de ser comparado con la burra de Balaam, el espectro del anti-Semitismo levantó su fea cabeza. Yo había sido invitado a hablar en una conferencia cristiana cuando el organizador recibió una alarmante advertencia de parte de un pastor cristiano local. El pastor proclamó que como "judío no-creyente" yo estaba operando bajo el control del "espíritu del Anticristo". Cuando oí esto, pensé que el pastor lo decía metafóricamente, pero resultó que él quería decir que había un espíritu demoníaco literal que estaba influenciando cada movimiento mío. Explicó que no era nada personal contra mí pero que todos los "judíos no-creyentes" están bajo el espíritu del Anticristo. Jactarse contra la raíz es una cosa, pero esto equivalía a maldecir a la raíz.

Algunos de mis colegas judíos que leen esto probablemente están pensando: "Así que por qué molestarte, Nehemia! Deja que los goyim perezcan en su ignorancia." Mi respuesta es que hay incontables cristianos ahí afuera que quieren entender su fe en su contexto original histórico, cultural y lingüístico. Jesús de Nazaret fue un judío que hablaba hebreo y vivió como judío entre los judíos. Simplemente sucedió que Dios me ha bendecido con un conocimiento del judaísmo antiguo y del hebreo antiguo y me siento compelido a compartir esta información con aquellos que la necesitan, aun cuando esté en desacuerdo con ellos sobre asuntos importantes de fe. La Torah nos enseña a amar a nuestro prójimo como nos amamos a nosotros mismos lo cual significa tratar a otros como queremos ser tratados. Sé que si yo careciera de un conocimiento vital me gustaría que viniera alguien que tiene ese conocimiento y lo compartiera conmigo. Por lo tanto, tengo que compartir el conocimiento que tengo con quienes lo necesiten. No estoy diciendo que lo sé todo ni que tengo todas las respuestas. Pero si Dios pudo usar una burra para hablarle a Balaam tal vez me está usando a mí para algún propósito que está más allá de mi compresión. Ruego que como la burra de Balaam esta sea una carga que yo continúe llevando.


Nehemia Gordon
En Salem, Oregon
Karaite Korner Newsletter #449

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jueves, 8 de marzo de 2012

¿Puede crear Dios una roca demasiado pesada para Él mismo levantarla?






TRANSCRIPCION
¿Puede Dios desobedecer tareas lógicas? Me gustaría usar eso para poner un ejemplo….por ejemplo, ¿Puede crear una roca demasiado pesada para Él mismo levantarla?

Yo diría que Dios no puede hacer tareas lógicamente imposibles.

Mi siguiente pregunta es, ¿Cómo es Dios todo poderoso ahí?

Bueno, porque la omnipotencia no se define como la habilidad de hacer lo lógicamente absurdo… quiero decir…. en cierto sentido, hacer una tarea que sea lógicamente imposible no es una tarea en absoluto, eso es solamente una combinación contradictoria de palabras, así que no es una inhibición a la omnipotencia decir que Dios no puede hacer lo que es lógicamente imposible, y ese es el modo en que la mayoría de los teístas lo han entendido históricamente. Por otro lado, si tú dices, bueno, Dios puede hacer lo lógicamente imposible, entonces, no hay problema alguno, entonces él puede crear una roca demasiado pesada para levantarla el mismo, y luego levantarla! , y si dices, bueno eso es lógicamente contradictorio,… bueno, El puede hacer lo lógicamente imposible, así que, no parece que sea una inhibición al poder de Dios…

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martes, 10 de enero de 2012

¿Es "Jehová" el Nombre de Dios?



Tetragrama o tetragrámaton sagrado YHVH. Las letras hebreas se llaman yod-hei-vav-hei. Nótese que el idioma hebreo se escribe de derecha a izquierda, al contrario del castellano que se escribe de izquierda a derecha y en el que se trascribe como YHVH (dependiendo de la convención de transliteración usada).

Hay una creencia común en la cristiandad moderna, de que el nombre de Dios en el Antiguo Testamento es "Jehová". Hoy en día, el grupo más influyente en la defensa de esta pronunciación, es el de los "Testigos de Jehová". Este estudio pretende demostrar que el nombre de "Jehová" no es, ni nunca fue el nombre de Dios en el Antiguo Testamento, sino que se dio por accidente y es una pronunciación artificial del nombre divino. Los que desarrollaron dicha ortografía / pronunciación, lo hicieron por un malentendido del tetragrama hebreo "YHVH" tal y como aparece en el texto del Antiguo Testamento. La interpretación de YHVH como "Yahveh", es mucho más cercana al real nombre hebreo de Dios.

La forma en la que el nombre de Dios llegó a ser escrito y pronunciado como "Jehová", puede ser detallada con mucha historia y estudio de la fonética, pero aquí solo dejaremos algunos comentarios para ayudar a darle sentido a la cuestión.

El tetragrama hebreo YHVH, es la forma en la que el nombre de Dios aparece en la Biblia hebrea. El idioma hebreo fue un idioma de consonantes que no poseía vocales. Las vocales fueron pronunciadas, pero no se escribían, por lo cual fueron transmitidas por vía oral, de generación en generación. Para nosotros, esto puede parecernos un sistema difícil y muy extraño, pero no es tan difícil. Así como usted puede descifrar que: "LS HBRS SCRBRN SN VCLS NTGMNT", quiere decir: "los hebreos escribieron sin vocales antiguamente", del mismo modo, ellos podían pronunciar las palabras de una manera fácil sin escribir las vocales.

Alrededor del año 200 a.C., después de la época del exilio y debido a la superstición, los judíos ya no pronunciaron más el nombre de Dios, por temor a que ellos lo tomaran en vano y no le dieran un uso adecuado. En lugar de pronunciar el tetragrama, decían Adonay, que es la palabra hebrea que significa Señor. Debido a esta superstición, hoy nadie sabe exactamente cómo se pronunciaba. Esto también aplicó para los masoretas que copiaron las Escrituras hebreas. [1] Cuando los masoretas de los siglos IX al X inventaron un sistema de vocales para preservar la pronunciación de la Biblia hebrea, ellos también introdujeron algunas vocales en el tetragrama. Debido a que ellos tampoco sabían cómo pronunciar exactamente el nombre divino, no intentaron insertar las vocales correctas en dicho tetragrama. En su lugar, insertaron las vocales de la palabra hebrea Adonay, que son los sonidos de la a corta, la o larga, y la a normal. La inserción de estas vocales no tuvo el propósito de que fueran pronunciadas, sino que se colocaron para recordar al lector que cuando llegara al nombre de Dios, debía decir Adonay en lugar de intentar pronunciar el nombre divino. Explicado en detalle, sería: "Yehovah". El cambio de pronunciación de la primera a, es debido al hecho de que la yod, la primera letra del tetragrama, es no-gutural, y por lo tanto convierte el sonido a [shéwa compuesto] a un reducido sonido corto de e [shéwa simple]. [2]

Más tarde, en los días del Renacimiento, la gente descubrió otra vez las lenguas antiguas. Las Escrituras hebreas estaban siendo aprendidas y leídas. Cuando la gente llegó al tetragrama, simplemente lo pronunciaron con las vocales insertadas, sin darse cuenta de que las vocales no pertenecían a YHVH, sino que fueron pensadas como indicadores para decir Adonay. Como resultado, se pronunció el nombre divino como Jehová.

La ortografía en latín "Iehouah", se hizo popular en el idioma español a través de la traducción completa de la Biblia de Casiodoro de Reina en 1569. Él transcribió el tetragrama en el idioma español con las vocales de referencia que incluyeron los masoretas. Las letras y los sonidos españoles "J" y "v", fueron un desarrollo posterior del idioma español, por lo que la forma de escribirse así como la pronunciación, no cambiaría a "Jehová" sino hasta mediados del siglo XVIII. Desde ese momento, muchos de los usuarios del idioma español han pronunciado el nombre divino como Jehová. [3] [4]

¿Es posible que podamos pronunciar correctamente el nombre hebreo YHVH? Debido al hecho de que la tradición vocálica de la pronunciación de YHVH no se ha conservado, no podemos estar absolutamente seguros de su pronunciación. Sin embargo, sí podemos aproximarnos con bastante seguridad. A continuación presentamos un breve análisis del nombre divino.

YHVH es la forma de la tercera persona del singular, que proviene de la palabra hebrea hayah, que tiene el significado de "ser". En Éxodo 3:14, cuando Moisés preguntó a Dios por su nombre, Dios dijo que su nombre era ehyeh. Esta es la forma de la primera persona de hayah, que significa "yo soy". YHVH es la forma de la tercera persona que quiere decir "él es".

La pronunciación original fue probablemente YaHVeH. Mediante un examen de los nombres judíos, este parece ser el caso. Muchos de estos nombres contienen a yah que es una parte del nombre divino. Cuando se examinan las vocales que ellos utilizaban para construir sus nombres con la abreviatura divina asociada, podemos tener una idea de cómo YHVH se pronunciaba originalmente. Llegamos a esta conclusión al examinar ciertos nombres como Yehoshuá (trasliterado al español como Josué), Yehoshafat (trasliterado al español como Josafat),  Eliyáh  (trasliterado al español como Elías), e incluso la expresión Hallel-u-yah {¡Aleluya!} (hallel = alabanza; yah = Yahveh), que significa ¡Alabad a Yah! como se encuentra en los Salmos 104:35, 150:6, etc. También tenemos evidencia de que Yahvé es la pronunciación más probable, al examinar la transliteración al griego del nombre divino como Iaoue o Iabe. [5]

En conclusión, aunque no es necesariamente malo pronunciar el nombre de Dios como Jehová, de ninguna manera se puede afirmar que Jehová es el nombre de Dios que ha sido restaurado para nosotros en estos últimos tiempos. En el mejor de los casos, Jehová puede ser reclamado como una forma aceptable de pronunciar el nombre divino en el idioma español [6], y en el peor de los casos, podría decirse que es una corrupción fonética del nombre de Dios. La más probable pronunciación del nombre divino revelado es Yahvé.

                                                           


Notas del Traductor

[1] Los masoretas eran judíos que sucedieron a los soferim (o escribas) en la responsabilidad de hacer copias fidedignas de las Escrituras Sagradas. El término hebreo masora significa tradición. Designa la compilación de tradiciones rabínicas relativas al texto bíblico que los masoretas recogieron en los márgenes superior e inferior de cada página de un manuscrito. El texto masorético es el texto más usado para hacer traducciones, visto por muchos estudiosos como el más fiable del Antiguo Testamento. Los masoretas empezaron su trabajo siglos después de Cristo y lo siguieron hasta el siglo XI, con unas adiciones hasta el siglo XVI.
[2] En el idioma hebreo, los sonidos vocálicos son llamados nikudót, y corresponden a una serie de puntos y rayitas que se colocan debajo, arriba o dentro de las consonantes, para indicar sonidos y acentos. Las hay de sonido largo y de sonido corto. Este sistema lo inventaron los masoretas varios siglos después de Cristo. Un shéwa es el sonido vocálico (o nikudót) representado por “ː”, y puede ser simple o compuesto. El shéwa simple puede sonar como una “e” corta o puede ser silente. Cuando es silente funciona como divisor de sílaba.
[3] Este párrafo en el artículo original, dice: “La ortografía de "Iehovah" entró en el idioma Inglés a través de la traducción completa de la Biblia de William Tyndale en 1537. El transcribió el tetragrama en el idioma inglés con las vocales de referencia que incluyeron los masoretas. La letra y el sonido del Inglés "J" fue un desarrollo posterior del idioma Inglés, por lo que la forma de escribirse así como la pronunciación, no cambiaría a "Jehová" sino hasta finales del siglo XVII. Desde ese momento, muchos de los usuarios del idioma inglés han pronunciado el nombre divino como Jehová”.
[4] Casiodoro de Reina, justificó en su versión el uso del nombre Jehová, al exponer las siguientes razones: (1) Donde quiera que el nombre se halle en nuestra versión, está también en el texto hebreo, y nos pareció que no lo podíamos dejar ni mudar en otros (tales como “Señor” o “Dios”) sin infidelidad y sacrilegio singular contra la Ley de Dios, en la cual se manda que no se le quite ni se le añada (Deuteronomio 4:2, Proverbios 30:5). (2) Al trasladarlo no nos hemos salido de nuestro deber, y al fin, si no se peca en escribirle e imprimirle en letras hebreas, tampoco debe ser pecado escribirle en otras lenguas y letras como el español. (3) El sacro nombre es tomado de la primera propiedad de Dios que es la del ser, lo cual es suyo propio, y todo lo demás que en el mundo es, lo tiene mendigado de él. Dios es el que por sí es, sin dependencia de otro. (4) Por medio del uso de su nombre, Dios quiso ser diferenciado de los falsos dioses. Por tanto fue una idea del diablo, que con el pretexto de reverencia se sepultara y pusiera en el olvido en el pueblo de Dios su santo nombre. (5) El caso del maldiciente o blasfemo del nombre de Dios (Levítico 24:10-23), nos lleva a comprender que la Ley fue puesta en contra del que PRONUNCIASE (o declarase) el sacro nombre maldiciéndolo o blasfemándolo, como blasfemó aquel por cuya ocasión se puso la Ley. No obstante, los rabinos que vivieron después de la destrucción de Jerusalén por los babilónicos, tomaron la palabra “pronunciar” (no entendiendo el intento de la Ley) para sacar esta superstición en el pueblo: “ser ilícito pronunciar o declarar  el santo nombre”, no mirando que el intento de la Ley era claro por la ocasión del blasfemo, y no tenía como fin suprimir toda pronunciación del nombre de Dios. Por tanto, temeraria cosa es dejarlo y superstición temeraria dejarlo con pretexto de reverencia, como lo hicieron los setenta intérpretes que fueron los primeros en traducir  la Escritura en griego, quienes trasladaron siempre “Señor” en lugar de Jehová, y suprimieron del todo el sacro nombre por pretexto a dicha superstición. (6) Dios se dio a conocer por este nombre a los padres y ellos lo invocaron. Después del castigo sobre el blasfemo (Levítico 24:23), el nombre fue pronunciado reverentemente por Moisés, Aarón, Josué, Caleb, Debora, Gedeón, Samuel, David y por todos los profetas y píos reyes, y finalmente fue dulcísimo en la boca de todo el pueblo que lo cantó en salmos y alabanzas como aparece por todo el discurso de la sacra historia. (7) Para quien alegue que Cristo, y los apóstoles en sus Escritos, siguiendo la tradición de la septuaginta utilizaron el título de “Señor” en lugar del nombre sagrado, le respondemos que ellos nunca se encargaron de hacer versiones bíblicas, ni de corregir las hechas, sino que estuvieron atentos al mayor y principal negocio que es la anunciación del advenimiento del Mesías y de su reino glorioso, y fueron fervientes de la común versión como era la de Los Setenta, porque en ella tenían abasto para su principal intento. Pero otra obligación tiene quien hace profesión de trasladar la divina Escritura y darla en su entereza. (8) Acá no estamos determinados a entrar en discusión con nadie sobre este asunto, ni queremos constreñir a ninguno para que pronuncie este nombre, pues si la superstición judía le pareciere mejor, puede pasarlo cuando leyere, o en lugar de él, pronunciar “Señor” como lo hacen los judíos.
[5] Aunque la forma Yahvéh (con sus variantes) es la preferida en algunos círculos, no se tiene absoluta seguridad de que efectivamente sea la pronunciación que utilizaban los antiguos israelitas, o que además, este hecho obligue a que la pronunciación en hebreo deba usarse tal cual en otros idiomas.
[6] Las palabras y el idioma tienen como objetivo y meta primordial comunicar pensamientos, y si esto se logra, entonces la pronunciación pasa a segundo plano. En el idioma español, el nombre Jehová ha logrado comunicar la idea del nombre propio de Dios en el Antiguo Testamento. Por lo tanto, no parece haber razones absolutas para que quienes utilicen la forma "Jehová", muy conocida en español, la abandonen por otras posibles pronunciaciones.

Fuente: aqui

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lunes, 19 de diciembre de 2011

Éx 20:8: Acuérdate del día de reposo para santificarlo (El Sábado)

Juan14: 15: Si me amáis, guardad mis mandamientos. (RV60)

Éxodo 20:8: Acuérdate del día de reposo para santificarlo. (RV60)

Deuteronomio 5:12: Observa el día sábado, y conságraselo al Señor tu Dios, tal como él te lo ha ordenado. (NVI)

Salmo 89:34: No quebrantaré Mi pacto, Ni cambiaré la palabra de Mis labios. (Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy)

Daniel 7:25: Hablará en contra del Altísimo  y oprimirá a sus santos; tratará de cambiar las festividades y también las leyes, y los santos quedarán bajo su poder durante tres años y medio.

Mateo 5:17-19: No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir.
Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido.
De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos. (RV60)

Lucas 4:16: Jesús fue a Nazaret, el pueblo donde se había criado. El sábado entró en la sinagoga, como era su costumbre, y se puso de pie para leer las Escrituras. (DHH).

Genesis 2: 1-3: Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos.
Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo.
Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación. (RV60)

Como vemos en estos versículos y en muchos otros de todas las Biblias del mundo Dios solo santifico un día y ese día fue Sábado o Shabbat, no fue ni domingo ni lunes ni otro día de la semana, solo es el Sábado.

La adoración del domingo (Sunday- día del sol) viene del edicto de Constantino del 321 D.C.
La excusa es la resurrección del Mesias en el primer día de la semana (Mt. 28:1, Mc. 16:2), pero como dijo el Mesias en Mateo 5:17 el no vino a abolir, sino a cumplir la Ley. El no quiso cambiarla, sino que las respeto y las guardo hasta el final de su vida. Las supuestas acusaciones que le hacían durante el Shabbat, eran solo debates que solían y suelen hacerse en el judaísmo, y Yeshua no quebrantaba el Shabbat, pero si tenia que ayudar al prójimo, lo hacia, fuera el día que fuere, porque los dos mandamientos superiores son: amaras a Dios (cumpliendo su Torá) y amaras a tu prójimo, por eso no quebrantaba el Shabbat, sino que cumplia un precepto superior.

Hoy en día la mayoría de las iglesias del mundo no respetan el shabbat, o sea están infringiendo la Ley de Dios deliberadamente.

Mateo 15:9: Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres. (RV60). 

Este mandamiento debe ser tan respetado como no mataras o no hurtaras, o cualquier otro mandamiento, si respetas todos los mandamientos ¿por qué no ese?

Jesús se reunia en la sinagoga los Shabbat y no los domingos, nosotros debemos seguir sus pasos y reunirnos los Sábados para alabar al Dios todopoderoso.

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lunes, 12 de diciembre de 2011

Fecha real del nacimiento del Mesias

Actualmente, los más serios estudiosos y eruditos de la Biblia coinciden en que Jesús no nació el 25 de Diciembre como la tradición cristiana nos dice.
¿Por qué? Es sencillo.
Porque los pastores tenían a sus rebaños fuera, en el campo[1] lo que implica que esto sucedió antes de Octubre.
Y asimismo hay que tener en cuenta de que la razón del peregrinaje de José y su esposa embarazada, María, fue para ser censado.
Ningún administrador romano que se respetara, hubiera requerido hacer un censo que implicara el viajar por Judea en la temporada en que ésta era intransitable.[2]

¿Quién decidió entonces que Diciembre 25 fuera la fecha de nacimiento oficial de Jesús?

Los cristianos primitivos no celebraban el nacimiento de Jesús -de hecho, solo los potentados y emperadores celebraban tales fechas-, y por lo mismo la fecha exacta no ha sido preservada en las festividades del cristianismo temprano.
La primera mención de Diciembre 25 registrada es la del Calendario de Filócalo (354 A.D.) quien asumió que el cumplimiento de Jesús fue el Viernes 25 de Diciembre del año primero de la Era Cristiana.
El 25 de Diciembre fue oficialmente proclamada por los padres de la iglesia en el año 440 DC, como un sincretismo entre la religión del entonces Imperio Romano y la tradición del día festivo de la Saturnalia, la que se observaba cerca del solsticio de invierno, que era una de las muchas tradiciones paganas heredadas del sacerdocio babilónico. [3]
Entonces, ¿cuándo es exactamente cuando nace Jesús? A pesar de que la Biblia no identifica específicamente la fecha de nacimiento de nuestro Señor, muchos eruditos han desarrollado diversas opiniones sobre cual es la más probable fecha del nacimiento de Jesús.

El Año del Nacimiento de Jesús

Por el otro lado, el año en que Jesús nació es ampliamente aceptado como válido en el año 4 A.C., debido a las conclusiones erróneas derivadas de la datación que Josefo diera a un eclipse que se supone tuvo lugar en Marzo 13 AC. “poco antes de la muerte de Herodes”. Hay varios problemas con esta aseveración además de que este eclipse con toda probabilidad tuvo lugar en Diciembre 29, año 1 AC.
Esto es un considerable lapso de tiempo transcurrido entre el nacimiento de Jesús y la muerte de Herodes, dado que la familia escapó a Egipto huyendo del edicto de Herodes y no regresó sino después de la muerte de éste.[4] Lo que es más, Herodes murió en Enero 14 ANTES DE CRISTO. [5]
Hecho: Tertuliano, (nacido cerca del año 160 DC) declara que Augusto comenzó a gobernar 41 años antes del nacimiento de Jesús y que murió 15 años después de ese evento. [6]
Augusto murió el 19 de Agosto del año 14 DC, situándose entonces el nacimiento de Jesús en el año 2 AC.[7]
Hecho: Tertuliano hacer notar asímismo, que Jesús nació 28 años después de la muerte de Cleopatra, en el año 30 AC, lo que es coincidente con la fecha del año 2 AC.
Hecho: Irineo, nacido aproximadamente un siglo después de Jesús, también comenta que el Señor nació en el año 41 del reinado de Augusto. Como Augusto inició su reinado en el otoño del año 43 AC, esto también apoya al año 2 AC como la fecha del nacimiento de Jesús.
Hecho: Eusebio (264-340 DC), el “Padre de la Historia de la Iglesia”, la describe en el año 24 del reinado de Augusto y el 28 a partir del sometimiento de Egipto a la muerte de Marco Antonio y Cleopatra. [8]
Para comprender esto, debemos tomar en cuenta que el año 42 del reinado de Augusto comienza a correr desde el otoño del año 2 AC hasta el otoño del año 1 AC. El sometimiento de Egipto por el Imperio Romano ocurrió en el otoño del año 30 DC. Así, si el 28avo año se extiende del otoño del año 3 al otoño del año 2 AC, la única fecha que se ajustaría a esto sería el otoño del año 2 AC.

Juan el Bautista

Hecho: Otra forma de determinar la fecha del nacimiento de Jesús es obtenerla de la información acerca de Juan el Bautista. Elizabet, la madre de Juan, era prima de María y la esposa de un sacerdote llamado Zacarías, quien era de la “clase” de Abías.[9] (Los sacerdotes eran divididos en 24 clases [10] y cada clase o turno, oficiaba en el Templo por una semana, de Sabbat -el Sábado judío- a Sabbat.)
Cuando el Templo fue destruido por Tito el 5 de Agosto del año 70 DC, la primera clase de sacerdotes acababa de comenzar su servicio. [11]
Dado que el curso de Abías era el 8avo, podemos rastrear hacia atrás y determinar que Zacarías terminó su servicio el 13 de Juio del año 3 AC.
Si el nacimiento de Juan se efectuó 280 días después, debió haber sucedido entre el 19 y el 20 de Abril del año 2 AC, precisamente para la Pascua de ese año. El nacimiento de Juan y el de Jesús estuvieron separados por 5 meses. Por lo tanto, de nuevo tenemos como resultado el otoño del año 2 DC como fecha probable del nacimiento del Divino Maestro.
Hecho: Juan inició su misión el año 15 de César Tiberio. [12] La edad mínima para un ministerio de este orden eran los 30 años. [13] Como sabemos que Augusto murió el 19 de Agosto del año 14 DC, entonces podemos aseverar que ese año ascendió al poder Tiberio.
Si Juan nació el 19 o 20 de Abril del año 2 AC, su trigésimo cumpleaños debió haber sido el 19 o 20 de Abril del año 29 DC, es decir, el año 15 de Tiberio. Esto parece confirmar por sí mismo, la fecha del 2 AC y como Juan era mayor a Jesús por 5 meses, esto confirma también a otoño como la época del nacimiento de éste último.
El que Juan presentara a Jesús repetidamente como el “Cordero de Dios” [14] resulta interesante dado que Juan fue nacido en la Pascua.

La fecha exacta

CONCLUSIÓN: Elizabet se recluyó por cinco meses y entonces el Angel Gabriel anuncia a María, tanto la condición de Elizabet así como que María daría a luz un hijo que se llamaría Jesús. Maria fue “de prisa” a visitar a Elizabet, quien se encontraba en ese momento en la primera semana de su 6o mes de embarazo, en la 4a semana de Diciembre del año 3 AC. Si Jesús nació 280 días después, esto sitúa Su nacimiento el 29 de Septiembre, 2 A.C.
Notas:
  1. Lucas 2:8.
  2. Mateo 24:20.
  3. Alexander Hislop, Las Dos Babilonias, Loizeaux, Neptune NJ, 1916.
  4. Mateo 2:15, 19-22.
  5. Magillath Ta’anith, un antiguo rollo judío contemporáneo a Jesús
  6. Tert. vs Judíos, c.8.
  7. No existe año 0 entre A.C. and D.C.
  8. Ecle. Hist., i.5. 9.
  9. Lucas 1:5, 8-13, 23-24.
  10. 1 Crónicas 24:7-19.
  11. Tanto el Talmud como Josefo confirman esto.
  12. Lucas 3:1.
  13. Números 4:3.
  14. Juan 1:29, 36.

Fuente: Pulsa aquí

Otras fuentes: - Link 1
                      - Link 2



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